lunes, 14 de marzo de 2011

EL DISPAR RUMBO DE GLEE

Blame it to the alcohol

Bien.
Los ingleses son los malotes.
Los americanos, los recatados.
Por eso amamos Skins y Glee nos da como vergüenza ajena.
            Pero veamos, es normal. Tú sales una noche de fiesta por las calles de Bristol o Swansea y te las encuentras llenas de críos y crías (porque es lo que son) en ropa interior y borrachos como perras. Puede que en Estados Unidos también sea así, pero son muchos años. Años de moralina, de sitcom moralizante, de Dawson crece, del club del celibato, de anillos de castidad, de carnés falsos para entrar en las discotecas…
y olé
También hay que reconocer que hace un año, cuando el boom, todos amamos Glee. Su mala leche, ese resultado camp de mezclar el pop más actual como himnos de musicales, sus tramas rocambolescas y personajes inadaptados que cometían errores. Pero al llegar la segunda temporada, la serie sucumbió a la fama y quiso hacerse abanderada de causas pobres: creemos un aburridísimo arco de temporada sobre homosexualidad, homofobia y demás para engrandecer a Chris Colfer. A medida que sucedía esto, pese a la supuesta modernidad del tema (dejó de ser moderno en los noventa esto de la homosexualidad como tema trascendente en el desarrollo de una serie, lo siento), el resto de personajes se volvían más sosias, recatados, púdicos, decorosos, mormones… Cambiaban de pareja en cada episodio, pero no había sexo o intercambio de fluidos. Además, eran los chicos buenos del instituto: no bebían, no se drogaban, no follaban.
            Porque claro, esa cuota ya la cubría Skins. Recuerdo con deliciosa maldad Popular, la otra creación de Ryan Murphy ambientada en un instituto. Tampoco en ésta había más sexo, droga o rock n’ roll que en Glee, pero al menos había perras de la muerte que se hacían imposible la vida entre sí y hasta recuerdo un episodio en el que una pareja salía desnuda a interpretar una obra delante de todo el instituto. Como ven, delicioso…
Uno de los pocos aciertos de la temporada
            ¿Qué nos enamoró de Glee que ahora nos provoca vergüenza? Los números musicales, cada vez más al servicio de la industria (y mira que a mí cualquier protagonismo creciente de Brittany o Santana los abrazaré encantado), los personajes dispersos, la moralina tipo Cosas de familia, una Sue Silvester tan perdida que no podía salvar el show… Cosas todas que le han hecho mella. Al parecer, en EEUU sigue siendo todo un fenómeno, y no dudo que lo siga siendo, pero ése es el problema: en lugar de aprovechar su poder para crecer y explorar temas que antes ni se habría planteado, se ha transformado en un programa más blanquito y familiar que nunca. Esto le ha supuesto no pocas críticas de gente que antes elogiaba cualquier paso del show de Murphy: no hay mala leche, no hay evolución de unos personajes que ya han llegado a un callejón sin salida, Kurt, con lo divertido que era en su momento, ha sido apartado del centro de la serie como para evitar incomodidades, números musicales que aburren y perdedores que ya no se perciben como tales.
            Afortunadamente, parece que el responsable de la serie ha parecido tomar cartas en el asunto y en el tramo final de la temporada quiere resarcirse con un cúmulo de aciertos:
  • Tratar el alcohol y el sexo como centro de sus episodios.
  • Traer de vuelta a Gwyneth Paltrow, verdadero descubrimiento de la temporada.
  • Poner las cartas en la mesa con respecto a la relación Santana-Brittany y darle cancha a ésta última.
  • Fichar a John Stamos, por desaprovechado que esté.
De todos modos, no hay que olvidar que Glee se trata de una fantasía tan respetable como Merlin o Smallville, pero una fantasía. Porque la música no salva el mundo, los problemas de los adolescentes nunca son bigger than life (a no ser que hayan nacido en Bristol).  A ver si de ahora en adelante los chicos del coro se convierten en el peor modelo a seguir por vuestros hijos...

2 comentarios:

  1. El capítulo 12 de la segunda temporada es mi favorito !) Y Sue me gusta cada vez más. Pero te doy la razón: el arco homosexual es cansino y sólo se explica por lo de siempre, que no tiene nada que ver con los argumental !)

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