sábado, 1 de marzo de 2025

Matlock: ¿el adiós de Kathy Bates? o una de abogados de las de toda la vida


Hace poco saltaban las alarmas cuando se daba a conocer de forma viral el anuncio de que Kathy Bates se retiraba de la interpretación, pero antes afrontaba su último papel protagonista televisivo (tras Harry's Law, la malograda Disjointed o American Horror Story), y que además lo hacía con el reboot de un clásico de los dramas legales, Matlock (recordemos que estuvo nueve temporadas en antena de 1986 a 1995). Por suerte, al poco la actriz y productora de la nueva ficción desmintió que este fuera su canto de cisne, por lo que podremos seguir disfrutando de su talento en otros roles.

La Matlock original es la historia de un abogado de primer nivel que cobra una pasta por cada caso, pero garantiza siempre ganar. Una serie procedimental amable, sencilla, con un protagonista carismático, Andy Griffith, que podía recordar a producciones como Diagnóstico asesinato o Se ha escrito un crimen, series que, vistas hoy, han envejecido regular y nos resultan naifs en tono y forma. Por eso el anuncio de un reboot de Matlock sorprendía en 2024 al no ser un producto de culto o cuya trascendencia haya perdurado.

Por suerte, los responsables de la nueva versión han sabido traerla al día en varios aspectos que la hacen atractiva: la producción, el tono que tanto recuerda a otra serie reciente como Elsbeth, donde drama legal y feel-good combinan para dar un producto consciente de lo que es, que se toma en serio hasta donde puede y que, sin llegar a la excelencia de los guiones de los King (The Good Wife, The Good Fight, Elsbeth), concibe cada semana casos sólidos con los giros propios del género y con una Matlock (Matty para los más cercanos) que siempre tiene un as bajo la manga.

La que podría ser una serie del montón de procedimentales legales acierta, insisto, en el tono, que la aproxima más a las series de network de toda la vida que a las sofisticadas creaciones de plataforma de pago; y en especial destaca por su protagonista, una Kathy Bates que se mueve con soltura y dota a su personaje de una humanidad con la que resulta imposible no empatizar. Pero si hay un aspecto que la hace elevarse sobre sus series hermanas es el movimiento inteligente que sus creadores han dado a la adaptación: sin desvelar más detalles de la cuenta, Madeline Matlock adopta dicho nombre por la misma serie en la que se basa (insisto en la autoconsciencia de la serie) y, por si fuera poco, tiene un plan.

Hace unas semanas se estrenó otra serie, Paradise, que en su episodio piloto acababa con un plot twist loquísimo, y Matlock no desmerece: parece una cosa, pero en el fondo es otra que vertebrará la trama de temporada.

La protagonista, una anciana algo despistada y perspicaz, se cuela en el ecosistema de un bufete de abogados penalistas tras muchos años sin ejercer en la profesión, y tiene que demostrar su valía frente a otros novatos (algo que nos transporta de nuevo a aquella primera temporada de The Good Wife) mientras se gana la confianza de los socios y empleados (entre los líos de faldas propias de las series laborales) y puede llevar a cabo su plan maestro sin que esto salpique a su familia. La dinámica con el resto de los protagonistas (personajes bien definidos desde el piloto), siempre en un tira y afloja que resta gravedad a la propuesta, los múltiples registros que emplea Maddy para ganar los casos y su arco de temporada son las principales bazas con las que cuenta una serie de la que espero más temporadas y misterios. Por lo pronto, a Bates ya le ha valido un Satellite Award a Mejor Actriz Protagonista.

La televisión de siempre no estaba muerta, y Matlock es prueba de ello.

No hay comentarios:

Publicar un comentario