sábado, 21 de noviembre de 2009

Meme: mi chica del Doctor favorita


My name is Noble, Donna Noble

Hace un tiempo, cuando yo aún no había visto la reinvención de Doctor Who, corría por la blogosfera un juego peculiar: escoger a la mejor compañera del doctor y esgrimir las razones que nos llevan a esta decisión.

A Billie Piper no la conocía, aunque sabía que era una cantante pop británica. Sería como… como si en Usamérica cogieran a Jonathan Rhys Meyer para interpretar al Docta y le pusieran de compañera a Britney Spears O_o ¡No, no estoy comparando a Billie Piper con la Brítni, Dios me libre! Pero para que os hagáis una idea. Su personaje, Rose Tyler, sería el primer contacto que mantuvimos los televidentes con el Doctor y, por si fuera poco, duró dos temporadas y su despedida fue tan dramática que todos lo sufrimos demasiado. La hemos vuelto a ver, sí, y no queda descartado que vuelva a pasar. Para muchos siempre será la mejor por un argumento tan simple como es que es Rose, un argumento imposible de explicar.

Luego vino Freema Agyeman, a la que conocíamos menos aún. Tenía poca experiencia en televisión y su personaje, desde mi punto de vista, servía tan solo para llenar el vacío de Rose y el cupo de corrección política al incorporar a una coprotagonista negra, Martha Jones. Sus historias no fueron las mejores, ni siquiera aparecía mucho en “Blink”. Y fue un error enamorarla del Doctor desde el primer minuto y que ese sentimiento se mantuviera a lo largo de toda la temporada. Su despedida fue muy discreta, tanto que daba pena. La compañera más inteligente y atenta, cierto, pero probablemente la más prescindible.

Después llegó, durante una temporada también, Donna Noble. A su intérprete, Catherine Tate, ya la conocíamos porque es una cómica descacharrante con su propio programa en televisión donde hace cosas como ésta:

Es más, el hecho de que sea una actriz cómica la convierte en la compañera mejor más versátil del Doctor, tan burra, tan temperamental, tan graciosa cuando quiere y tan efectiva en el drama cuando quiere, también (hecho que ya apuntaba aquí: los actores de comedia interpretan el drama mejor; ahora pon tú a Lidia Bosch a protagonizar una sitcom). Donna es irreverente, una chica normal con la autoestima de un pimiento morrón, tiene genio y no le permite al Doctor que se pase de listo con ella. El hecho de que sea la colega, no la novia o enamorada de este personaje, la hace aún más interesante; y eso que la pobre Donna se bebe los vientos por el capitán Jack Harness. Recordemos que esta chica vulgar fue al Doctor lo que él busca en un compañero, un amigo, alguien para no estar solo. Y que ella se mezcló literalmente con él y llegó donde ningún otro acompañante ha llegado. Se conocen en la boda de ella, ella queda con el corazón roto y al cabo de un año o dos se vuelven a cruzar porque así estaba dispuesto. Se separarán, de acuerdo. Y peor aún, Donna Noble nunca lo recordará…

Os dejo, así pues, con su imposible reencuentro y, para los más curiosos, un link muy especial y divertido.



viernes, 13 de noviembre de 2009

Soy fans de la tele

Llega un momento en la vida de un blogger en el que no tiene más remedio que despejar, dar a conocer, confesar, llámalo como quieras sus debilidades en la blogosfera. Así pues, hoy toca hacer publicidad de los mejores blogs que he encontrado sobre televisión. Vale, yo hablo de muchos temas, sí, pero ya sabéis que la ficción televisiva me pierde... Os presento minuciosamente los 5 blogs que más leo sobre el tema y os invito a que los sigáis con ganas. Altamente recomendables y adictivos:


My Lost World. Es este mundo perdido es más bien un lugar donde perderse, tan bueno que provoca vértigo. Llegué aquí y me quedé porque a su autor le gustan series que para mí son imprescindibles e inolvidables: A dos metros bajo tierra, Urgencias, Los Soprano, Nip/Tuck... (¡sí, alguien seguía viéndola religiosamente!). Después tuve que dejarme porque de vez en cuando hablaba de música, mi último vicio, o cine. Le auguro mucho tiempo de contenido interesantísimo (esos diálogos memorables, por ejemplo).

El diario de Mr McGuffin. McGuffin habla de series que me gustan mucho, de películas que adoro y de cualquier información que vale la pena. Lo hace, además, de una manera didáctica y entretenida, algo de lo cual deberían aprender muchos bloggers. Nos muestra muchas curiosidades y detalles sobre cómo funciona la televisión desde dentro, cosa que es de agradecer. Nos aproxima muchas veces a la cultura estadounidense a través de impresiones sobre ficción televisiva, y si le gusta una serie española, lo dice sin ruborizarse (véase el caso Desaparecida). También muy recomendable.

Day Zero. Se trata de uno de los primeros blogs de televisión que sigo. Aparte de que tiene un diseño espectacular, su contenido no se queda atrás. ALX no se limita tampoco al mundo de la televisión; de vez en cuando nos deleita con opiniones cinematográficas y literarias. Esa variedad hace que el blog resulte rico. Por lo demás, está muy bien escrito, es muy ecléctico en cuanto al material que podemos encontrar (es decir, no se limita a ver televisión de cable y ya está; hace bien sus deberes) y algo muy importante: con el paso del tiempo la ilusión se mantiene con aplomo, no decae el entusiasmo con el que su escritor habla de sus aficiones. Corre y ve a leerlo ya, hombre!

Podría hablar de muchísimos más, pero he preferido limitarme porque podría salirme un post enormérrimo y no es cuestión. En cualquier caso, creo que la selección es digna cualitativamente.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

La cabina quedó vacía


Se trata probablemente de una de las cintas más angustiantes y misteriosas que hemos tenido la ocasión de presenciar. Es difícil que una producción de los setenta (salvo por contadas excepciones como Saura o Víctor Erice) siga manteniendo su espíritu e impacto virgen. Cuando José Luis López Vázquez entra en la cabina, nadie sabe lo que pasará a continuación: se desencadena el infierno.

Reímos con los niños, sinvergüenzas de nosotros, con los que intentan derruir ese invento del diablo a base de fuerza o de maña, con los intentos inútiles del cuerpo de bomberos. Pasamos a formar parte de ese público que admira entusiasta el espectáculo macabro que se desarrolla ante sus ojos. No oímos al señor del interior de la cabina (pánfilo, tonto, idiota… ¡mira que quedarse encerrado en una cabina de teléfono! Olvidamos que, desde su perspectiva, este hombre lleva tres o cuatro o cinco horas encerrado en una cabina, una caja de cristal y metal donde el aire cada vez es más pesado y caliente. De todo esto no nos percataríamos a no ser por la magnífica interpretación de López Vázquez, que hace de señor mundano, el vecino que podría tener cualquiera, padre de familia, ciudadano medio. Tan común que resulta difícil encarnarlo, pero antes no había divos. Antes había actores.

Casi había olvidado la poesía de este mediometraje, sobre todo hacia el final, en la huída a lo desconocido. El pasaje del funeral, los payasos y tristes y el niño que corre es demoledor en gran parte gracias a una música de esas que tocan la fibra.


Total, cuando acaba tenemos aún más dudas, todo es más parco, más oscuro, más imposible y supongo que más magnífica (valen todas las redundancias). La historia plantea muchísimas lecturas, muchas, y demasiado evidentes, políticas: corría el año 1972. No obstante, tanto Antonio Mercero como José Luis Garci (algo bueno tenía que haber salido de él) afirmaron en diversas ocasiones que el planteamiento era puramente terrorífico o de ciencia ficción. Ahora nos quedan muchas anécdotas o datos que destacar. Se trata de la única producción española que ha ganado un Emmy. Antonio Mercero dejó el género e hizo cosas más blanditas como Farmacia de guardia, mientras que Garci… bueno, es Garci. A López Vázquez, por su parte, lo hemos podido disfrutar en La prima Angélica (Saura), la trilogía nacional de Berlanga (entablaron una relación profesional muy fructífera), La colmena, la adaptación televisiva del Quijote y otros productos que, como actor, no le hacían mucha justicia; ya sabéis, la España de sainete y pandereta…
Pero después de estos años se cierra la cabina, ésa que nunca lograremos desentrañar porque se fue el rostro que puso nombre al misterio de los señores que colocan centenas de cabinas trucadas a lo largo del país.


Os dejo la parte que os comentaba, la del viaje en grúa, y este enlace al corto. Que aproveche.