Algún alma caritativa se ha dignado a subir este pedazo de corto, uno de los mejores que he visto. Se trata de una historia de personaje porque toda la fuerza del corto radica en la protagonista, maravillosamente interpretada por Marta Belenguer. Voy a inaugurar una sección con los cortos que me han marcado, que no son pocos. Toda una maravilla. Disfrutad, que vale la pena... (and with English subtitles!!)
Y digo yo: para ser director habrá que currarse antes cosas como ésta, ¿no? Vamos, para ir abriendo boca y tal, que nunca se sabe, y con lo que se prodigan últimamente los festivales de cine con sus secciones de cortometrajes, quién sabe cuándo te puede encontrar algún productor que te proponga hacer una peli. David, no es uno de Lynch, pero ¿a que es bueno?
martes, 9 de octubre de 2007
sábado, 6 de octubre de 2007
Caótica ANA
No voy a hablar de nada agradable, ni tan siquiera fácil de leer. No voy a seguir el protocolo que yo me he marcado según el cual todos los temas pueden tratarse con la misma indiferencia. Sigo leyendo, lo intento más que nunca cuando me cuesta más que nunca, y esto me obliga a opinar y publicitar.
_______Me he acabado un libro de la precoz Espido Freire. En este caso no se trata de una novela o colección de cuentos, sino de un recopilatorio de testimonios en torno a un mismo y fatal tema: desórdenes alimenticios. Cuando comer es un infierno es un libro cómodo para leer, nada complaciente pero muy fácil de seguir. Es fácil de seguir porque narra el descenso a los infiernos de una joven más, como esas que viven a nuestro lado y pasan desapercibidas hasta que alguien da la voz de alarma. Yo he tenido la suerte de no conocer ningún caso próximo, pero me he informado sobre varios de ellos. Este caso particular es el de Gloria.
“No es fácil jugar a ser princesa con
Un paño ensangrentado entre las piernas”
_______Esta cita tan contundente sirve de apertura a la confesión de Gloria, que durante unos años vivió inmersa en una lucha contra la bulimia sin apenas ser consciente de ello. La humanidad de las personas nos hace frágiles porque hay respuestas que van más allá de nuestra propia voluntad. Es triste no poder controlar nuestros impulsos porque nos hace inmunes a todo. Gloria comía mucho, comía tanto que después se sentía culpable; comía tanto que acababa con las reservas de su casa de un atracón para después vomitarlo. El vómito era un ejercicio sencillo gracias a la experiencia, nada traumático. Gloria dejaba de asistir a clases de teatro para comer a escondidas y gastar el dinero en cosas que la llenaban por un momento y apaciguaban su ansia, pero era algo tan momentáneo que perdía cualquier sentido (si es que en algún momento lo tuvo). He de reconocer que comer es un ejercicio agradable; a mí me gusta comer, y por eso me gusta cocinar. De hecho, cuando alguien se aburre suele comer bastante entre horas. Tan humano… Pero Gloria, como tantas enfermas de bulimia y anorexia, no disfrutaba con la comida. Sólo se saciaba y necesitaba vomitar.
_______Por supuesto que probó las dietas, incluso métodos de adelgazamiento con doctores especializados en la materia que no llegaban a atisbar siquiera la lucidez que desarrollan las enfermas (es un hecho que la mayoría son mujeres) para engañar en los controles de peso. Este año he visto dos veces el mismo documental sobre un centro de recuperación en Gran Bretaña para niñas que padecen trastornos alimenticios. Tremendo. Tremendo y bestia, porque un porcentaje considerable de ellas nunca llegarán a curarse del todo. Os cuento algunos de los mejores puntos: una niña se negaba a beber agua porque pensaba que tenía calorías; sí, agua natural mineral. Pues se pasó más de una hora delante de un vaso hasta que se lo bebió a la fuerza. Cuando van a pesarse beben mucho agua para que el peso aumente, se hacen heridas para demostrar que su ciclo menstrual es regular, estrujan el pan y bollos para que pierdan la grasa, vomitan en calcetines, bolsas, donde puedan, mastican muchísimo la comida para gastar el máximo de calorías y no dejan de hacer ejercicio en ningún momento. Las hay que toman pastillas adelgazantes y basan su dieta en eso. Los casos más extremos se hacen heridas, se rajan las muñecas para perder sangre…
_______Pongamos que una enferma cualquiera no ha llegado a esos extremos, sino que se limita a darse una comilona para luego vomitar o sencillamente vomitar después de una comida normal. Puede parecer serio, pero no os hacéis una idea. Los vómitos continuos provocan taquicardias, se puede provocar un desgarro del esófago y de la pared estomacal, hemorragias internas, alteraciones menstruales, palpitaciones, calambres, infartos. Ya estamos hablando de enfermedades crónicas como estreñimiento crónico con el consecuente desgarro del colon, el exceso de agua para vomitar causa edemas, hinchazón de piernas, trastornos en los riñones e intoxicación que puede llevar al coma. Caída de cabello y dientes, reblandecimiento de las uñas van en el lote. Y muerte, muerte, MUERTE. La cuestión es que las enfermas tampoco consideran estos perjuicios debido a la desinformación. Cuando Gloria, pasado el tiempo, descubrió los peligros a los que se exponía durante la fase más violenta de su enfermedad, simplemente se echó a llorar por su vida, por lo ciega que había estado y lo sola que se había sentido en todo momento.
_______Hay muchas metáforas estúpidas que pretenden darle algo de dignidad a estas enfermedades. No hay dignidad ahí. ¿Qué estúpida mierda es esa de ángeles sin alas? ¿Qué gilipolleces más grandes se inventan para convertir a estas enfermas en una especie de criaturas hermosas en su fragilidad? Y por si fuera poco existen webs proanorexia que crean auténticas comunidades donde se apoyan entre sí para seguir con la determinación de morir a base de pasar hambre y perder kilos a la vez que vida. Ana es el nombre que utilizan las enfermas para referirse a la anorexia. Ana. Caótica ana…
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