jueves, 23 de septiembre de 2010

Series y series y series y un verano que se acaba (II)

Pero no ha sido eso lo único que he visto este verano. Con tanto estreno y tanta búsqueda y tan poca vergüenza, me acabé enganchando a otras ficciones que iré desgranando a continuación.
           Tenía guardada en una carpeta la última temporada de una de mis series predilectas: Nip/Tuck, que siempre nos ha aportado tramas culebronescas muy desfasadas (en cuanto a cualquier tipo de mesura), personajes extraordinarios u ordinarios, a secas, y cantidades ingentes de sexo y quirófanos. Toda una revolución, si bien es cierto que esta temporada última ha sido bastante descafeinada, y el final decepcionante. No es de extrañar, ya que el tipo que ha pergeñado todo esto, Ryan Murphy, ha estado liadísimo con Come, reza, ama y la primera temporada de la exitosísima Glee.
           Más me ha gustado lo que he podido ver de Caprica, que toma lo mejor de su serie madre, BG (recordemos que Caprica no es más que la precuela menos precuela de la historia). Si en Galactica había golpes de estado, huidas interestelares y profecías místicas, en su hija hay atentados terroristas, luchas de poder, filosofía, vicio... Como veis, una serie tan madura como mamá. Es más, creo que se perfilará como otra de las grandes olvidadas por los premios televisivos, ya que a pesar de su material humano y filosófico tan intenso, su principal baza, la considerarán una serie de ciencia-ficción, de robots, maquinitas y naves espaciales, y por ende algo estúpido. Gracias por los prejuicios.



            A la que sí me he enganchado es a The Big C, y es que a pesar de las reticencias de las que hablé, considero que su discurso liberal y optimista bien le valen mi atención. Tiene demasiados puntos negativos, cierto, como al insoportable hermano de la protagonista y la actitud estúpida de Laura Linney. Además, le está costando encontrar su tono, aunque el episodio 4 me gustó; ahí lo hilaron. Y como punto gordo de la serie, la dinámica entre Cathy y su alumna obesa (¡gran Gabourne Sibide!). Si siguen por ahí, pueden lograr algo bueno, aunque me da la sensación de que Showtime me cuenta una y otra vez lo mismo :S
          Ahora, una confesión: me engancho a reality shows, es inevitable, pero nunca había tenido que descargar ninguno americano. El culpable en concreto no es otro que Top Chef, un programa en el que alrededor de diez cocineros compiten semanalmente por permanecer en el concurso sacando adelante platos exquisitos en circunstancias imprevisibles. Les hacen cocinar en pleno desierto con una lata de chapa como sartén o con aperitivos de la marca Cheetos un plato de nouvelle cuisine. Como veis, una tontada digna del tonto más grande, pero una tontada que engancha, diablos... Además, si os gusta medianamente la cocina, ya está todo hecho. Como me pasó a mí. Una temporada en dos o tres días. Fantabuloso.

           Una de las series más extrañas y desconocidas (porque ha pasado desapercibida) del año, Gravity, también me enganchó. Por su punto de partida. Por su humor negro. Por su extrañeza, su excentricidad. Podría estar perfectamente tras ella la cabeza de Bryan Fuller: un grupo de suicidas que han fallado en su intento de morir tienen que ir a reuniones para rehabilitarse y reincorporarse en la sociedad. La protagonista tiene una belleza frágil, sobrecogedora, llamativa... y vale la pena por su única temporada, aunque no es ninguna maravilla.
           Y para cerrar, lo dejaremos con una OBRA MAESTRA: Treme. Nueva Orleans postKatrina, David Simon, David Mills, música negra, John Goodman, una ciudad destruida y la reconstrucción de ese escenario caótico. Es tan realista que podría pasar por un docushow gracias a las interpretaciones de su elenco y a las localizaciones. Y HBO. ¿Qué más se le puede pedir? Que la gente le dé una oportunidad. En este momento, es lo mejor que está pariendo la televisión por encima de Madmenes y Breakingdades... Pero claro, el jamón 5 J sabe raro si uno sólo come mortadela. Quiero creer que todos acabaremos paladeándolo y congratulándonos por esta magia y esta oportunidad de viajar al centro del huracán desde el sofá de casa...

jueves, 16 de septiembre de 2010

Series y series y series y un verano que se acaba (I)

Jessica... se le saltan los colmillos sin querer xD
Ùltimamente no he visto demasiadas series. El verano me ha tenido más atareado de lo previsto, y en cualquier caso los días en Bristol me alteraron todos los planes. A pesar de ello, he logrado ver la tercera de True Blood, que como siempre nos ha regalado momentos únicos. Creo que a estas alturas todos sabemos que no es una buena serie, o al menos no una buena serie tal y como concebimos el concepto de "buena serie". Los efectos son exagerados, las actuaciones pasadas de rosca; sus personajes, pintorescos y las tramas, alucinantes y alucinadas. Una serie imposible, y creo que por ese motivo se nos ha convertido en imprescindible a muchos. Además, para qué negarlo, su reparto tiene un morbazo irrefrenable, desde el nórdico Eric a la pelirroja y eternamente "virgen" Jessica. Todos sus episodios son entretenidos y muy imprevisibles. A ver cómo sigue la cosa en la próxima temporada, que si bien no hemos tenido un gran cliffhanger en plan temporada 1, la situación para casi todos los protagonistas ha cambiado mucho.


Cast de 30 Rock
              Eso por un lado. Ahora, la serie de la que más enamorado estoy: 30 Rock. Reconozco que es una serie a la que cuesta pillarle el punto, tiene un sentido del humor muy particular (bastante inteligente, pero no en plan snob) y sus personajes son bastante arquetípicos. Me río muchísimo, pero muchísimo, a mandíbula batiente con dos de ellos: la grandísima Jane Krakowski y el inenarrabe Jack McBrayer. En serio, no entiendo por qué todo el mundo pone por los aires a Liz Lemon (que es grande, lo sabemos, pero no es para tanto) o, mucho menos, a Alec Baldwin. A quien echo muchísimo de menos es a la amiga y compañera en SNL de Tina Fey, Rachel Dratch, que en la primera temporada aparecía de vez en cuando para hacer de borracha, prostituta eslava o cualquier otro personaje pintoresco. Una lástima que ya no cuenten más con ella. Lo dicho, igual porque la serie tiene lugar en el estudio de una cadena de televisión me tiene maravillado (me pasó lo mismo con Studio 60, que era mucho mejor aunque no era una comedia). Estoy a punto de ventilarme la cuarta temporada, pero no quiero por miedo a quedarme sin comedia fácil de ver y efectiva, que es difícil de encontrar. Entiendo la adulación  por parte de la crítica y los expertos: 30 Rock encaja muy, muy bien en todos sus aspectos, aunque técnicamente no sea más que otra serie de tres al cuarto.
             En  mi búsqueda de la comedia definitiva me he cruzado con nada más y nada menos que Cheers. Me estoy viendo la primera temporada. No sé, una sitcom muy tradicional, sin grandes gags ni bromas desternillantes que basa su valor en la construcción de sus personajes y la relación entre estos. Me ha sorprendido muchísimo lo guapo que era Ted Danson, principalmente porque, aunque no haya envejecido mal, en Damages y Bored to Death tiene el pelo blanquísimo y se le notan los años, por mucho que siga con espíritu de joven arrebatador. Creo que seguiré con la serie porque es una de las míticas, dio lugar a varios spinoffs y bueno, creo que vale la pena, porque ni Friends brillaba en su primera temporada...
             Dexter. Esta serie me puede. Recuerdo que de la primera temporada  llegué sólo a la mitad porque ME ABURRÍA. Todos alababan la composición de Michael C. Hall, pero quienes lo habíamos visto en A dos metros bajo tierra sabíamos que era capaz de mucho más. He seguido la pista al asesino de asesinos por medio de blogs y webs especializadas hasta esta cuarta temporada, donde me obligué a verlo de nuevo para que me sorprendiera y maravillara como al resto de los mortales. ME VOLVÍ A ABURRIR y lo retomé hace un par de meses por ver el grandilocuente final. Sin duda, lo mejor de la cuarta temporada ha sido John Lithgow, a quien conocíamos gracias a esa maravilla que era 3rd Rock from the Sun (¬¬ Cosas de marcianos), y que da vida a un personaje mucho más complejo que el propio Dexter Morgan. Total, la historia de amor de Laguerta me la pelaba mucho, mucho. Es decir, de las tres o cuatro tramas de la temporada sólo me importaba la inquietante relación entre Dexter y Trinity, de modo que me sobraba todo el resto. Me ha sorprendido encontrar a una Julie Benz tan aburrida, con el juego que daba en el Buffyverso (lo siento, los fanes siempre seremos así...) y en definitiva, aunque la cuarta ha sido mejor que la primera, ni Dexter es tan grande ni mucho menos me ha enganchado hasta sus últimos cuatro episodios, y eso es algo inadmisible hoy en día.